En torno a la lectura nº6 “Ciencia y método”
Por Javier Vega Gómez
En este texto el autor desde un principio toma una postura sincera y clara al no dudar en señalar que el texto es “una construcción personal que intenta explicar mi experiencia y mis investigaciones”. Y desde un principio declara la ciencia tal y como es: una actividad humana y por tanto social, o una actividad social y por tanto humana, no olvidando con esto el carácter acumulativo que tiene la ciencia en su discurrir histórico. A su vez resalta la influencia que el (asombroso) desarrollo de la ciencia ha causado en la mentalidad humana; una influencia que se manifiesta en “el sentimiento de prepotencia y de fe en las realizaciones humanas”, lo cual ha creado un culto cuasi-religioso hacia la ciencia que la coloca en el altar como si de una panacea se tratara. Nada más alejado de la realidad el carácter “curalotodo” supuesto en la ciencia, ésta incluso puede llegar a crear nuevas incertidumbres y nuevos problemas, la ciencia tiene mucho de medio que no piensa en fines.
La ciencia como dominación social es una idea muy interesante y que ya he esbozado en otros artículos del blog como por ejemplo en el primer artículo. Por ello de momento pasaré de “puntillas” por el tema. Señalar que como elemento de poder la ciencia se cubre con el velo de la incomprensión al utiliazr un lenguaje no-universal.
El autor enlaza dos conceptos: el de ciencia y progreso. La ciencia se ve inmersa en una sinergia de búsqueda constante del progreso. El progreso siguiendo la opinión de E Bohler (EL futuro, problema del hombre moderno) en tanto es una posición ante la vida que intenta basarse siempre en el tiempo futuro, provoca que el hombre experimente lo relativo y perecedero de su existencia. En palabras de Bohler “no vivimos nosotros mismo, sino en el objetivo que perseguimos”.
El autor asocia la ciencia con la vida y la muerte, sería muerte en tanto que es “un intento sistemático y acumulativo de comprensión de la naturaleza y base del progreso del hombre” y muerte “en tanto absorbe y canaliza esa comprensión como aparato burocrático de dominación, derivando en un culto cuasi-religioso que cumple una función de cohesión social necesaria para reproducir el sistema de dominación del hombre”.
Con posterioridad el autor se dedica al concepto de concepción del mundo, resaltando que con éste se engloban aquellos principios que forman las distintas formas de entender el mundo. Principios que suelen ser inconscientes. .
En este texto el autor desde un principio toma una postura sincera y clara al no dudar en señalar que el texto es “una construcción personal que intenta explicar mi experiencia y mis investigaciones”. Y desde un principio declara la ciencia tal y como es: una actividad humana y por tanto social, o una actividad social y por tanto humana, no olvidando con esto el carácter acumulativo que tiene la ciencia en su discurrir histórico. A su vez resalta la influencia que el (asombroso) desarrollo de la ciencia ha causado en la mentalidad humana; una influencia que se manifiesta en “el sentimiento de prepotencia y de fe en las realizaciones humanas”, lo cual ha creado un culto cuasi-religioso hacia la ciencia que la coloca en el altar como si de una panacea se tratara. Nada más alejado de la realidad el carácter “curalotodo” supuesto en la ciencia, ésta incluso puede llegar a crear nuevas incertidumbres y nuevos problemas, la ciencia tiene mucho de medio que no piensa en fines.
La ciencia como dominación social es una idea muy interesante y que ya he esbozado en otros artículos del blog como por ejemplo en el primer artículo. Por ello de momento pasaré de “puntillas” por el tema. Señalar que como elemento de poder la ciencia se cubre con el velo de la incomprensión al utiliazr un lenguaje no-universal.
El autor enlaza dos conceptos: el de ciencia y progreso. La ciencia se ve inmersa en una sinergia de búsqueda constante del progreso. El progreso siguiendo la opinión de E Bohler (EL futuro, problema del hombre moderno) en tanto es una posición ante la vida que intenta basarse siempre en el tiempo futuro, provoca que el hombre experimente lo relativo y perecedero de su existencia. En palabras de Bohler “no vivimos nosotros mismo, sino en el objetivo que perseguimos”.
El autor asocia la ciencia con la vida y la muerte, sería muerte en tanto que es “un intento sistemático y acumulativo de comprensión de la naturaleza y base del progreso del hombre” y muerte “en tanto absorbe y canaliza esa comprensión como aparato burocrático de dominación, derivando en un culto cuasi-religioso que cumple una función de cohesión social necesaria para reproducir el sistema de dominación del hombre”.
Con posterioridad el autor se dedica al concepto de concepción del mundo, resaltando que con éste se engloban aquellos principios que forman las distintas formas de entender el mundo. Principios que suelen ser inconscientes. .
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