Friday, October 27, 2006


Premio Nobel de la Paz: Muhammad Yunnus, los microcréditos.
Por Javier Vega Gómez

Merece mi atención, pensé en el momento en el que escuché por la radio la noticia de que el Premio Nobel de la Paz había sido concedido al “banquero” Muhammad Yunus. Hasta ese momento no había tenido noticia alguna ni de tal personaje ni de su particular medida para erradicar la pobreza: los microcréditos, por la cual le habían concedido tan prestigioso y bien dotado premio. Así que decidí adentrarme en la obra de tal personaje y fruto de tal intromisión ha surgido esta reflexión, la cual compone el comentario de noticia de esta semana.

Sin más preámbulos me adentro en el análisis de los elementos que he encontrado más interesantes. Podría detenerme en el proceso de formación y configuración del Grammer Bank, principal entidad emisora de microcréditos fundada por el mismo Yunus, y de los microcréditos pero no ha lugar para ello. Simplemente resaltar que toda la trayectoria que desemboca en la creación de una medida tan novedosa como los microcréditos responde tanto a un proceso de concienciación hacia un problema como la pobreza, la cual que vivió y vive de cerca, a la vez que es fruto de todo un proceso de reflexión.

El punto de arranque será discernir qué son los microcréditos. Pues bien los microcréditos es una forma peculiar de conceder unos créditos, peculiaridad que gira entorno a la cantidad de dinero que se concede (escasa) a la gente a la que se concede (personas, sobre todo mujeres, pobres e integradas en un grupo de cinco miembros) y al modo en que se liquida el préstamo (mediante cuotas muy pequeñas). Cada una de estas peculiaridades responden a una reflexión destinada a intentar paliar la pobreza a la vez que se centra en intentar subsanar los errores que según Yunnus cometen los bancos tradicionales.

En lo referente a la cantidad señalar que ésta podría parecer insignificante pero resulta de una gran efectividad como elemento activador de una conducta creativa y de innovación en los individuos pobres que la reciben. Los microcréditos oscilan entorno a los quince o veinte euros al mes.

La gente a la que se conceden son personas marcadas por la trágica experiencia de la pobreza. Uno de los valores centrales entorno al cual gira la idea de los microcréditos es el de la confianza en los pobres así como su marcado carácter creativo. Carácter éste que usualmente se encuentra impedido por la misma situación de pobreza que le rodea y por no tener al alcance medios para desarrollarlo. Es esta una forma de entender la creatividad de la pobreza no de una forma cínica sino comprendiendo tanto su carácter denigrante, no olvidemos que se pretende erradicar, así como su potencialidad, sin hacer de ésta, insisto, un elemento beneficioso para las sociedades tal y como creía Gilder en su obra Wealth and Poverty. Éste autor siguiendo a Gans se sitúa en la línea de los análisis de las funciones positivas de la pobreza.

Pero además de pobres los destinatarios de los microcréditos suelen ser también mujeres. Esta medida no responde a una tendencia feminista (en un sentido peyorativo) por parte de Muhammad Yunus sino que obedece a toda una explicación sociológica, a la vez que quedó demostrado que “el crédito que se concede a una mujer produce cambios más rápidamente que el que se concede a un hombre” como afirma el propio Yunnus (pag 74). Según este banquero la lista de prioridades de una mujer empieza por ella misma mientras que el hombre “se centra más en sí mismo” (pag 74). A esto se le ha de sumar que las mujeres tienen como incentivo mucho mayor que los hombres el crear un futuro prospero para sus hijos. No se nos puede olvidar que todas estas declaraciones se han de enmarcar dentro de una cultura determinada, desarrollada en un marco concreto: Bangladesh, es decir no debemos sentirnos ofendidos el sector masculino en general.

Otra peculiaridad de los destinatarios a los que se concede los microcréditos es que los deudores deben encontrarse inmersos en un grupo de apoyo. Es decir “toda persona solicitante se tiene que unir a un grupo de otras persona de ideas afines que vivieran en condiciones económicas y sociales similares a las suyas” (pag 64). Con esta medida se pretende potenciar la solidaridad entre individuos, a la vez que con ella se potencian los valores colectivos y el trabajo en grupo lo cual supone la ascensión de una mayor creatividad e iniciativa. Pero la función del grupo no es solo ésta, también se pretende dotar de seguridad al proyecto: los componentes del grupo se controlan entre ellos sobre todo si se introduce la medida de que si uno de los deudores no devuelve el dinero al resto del grupo no se le vuelve a dotar de un préstamo.

En tercer lugar supone una peculiaridad en la concesión de créditos el hecho de que estos se devuelven no de una manera brusca, es decir de una sola vez, sino todo lo contrario se estableció un mecanismo de pago que se hiciera a diario. De esta manera se evitaba que los deudores estuvieran constantemente aplazando el pago hasta llegar el punto de no pagarlo. Respecto a la obligación de devolución Yunus desarrolla la idea de que ésta es incluso beneficiosa para el deudor ya que así se ve obligado a ver que el dinero se rentabiliza es decir no se potencia el simple gasto del mismo. El propio Yunus pone por caso en su libro “El banquero de los pobres” que incluso cuando un desastre natural afecta a una zona en la cual se había concedido microcréditos la deuda no se condona, a pesar de que las consecuencias del desastre fueran deletéreas para sus inversiones, ya que así se anima a la superación de la situación. A su vez que este sistema de préstamos aún amparándose en la erradicación de la pobreza no adolece de intereses, la tasa de interés es del 20%.

Un hecho a resaltar es que a pesar de que los microcréditos se concedan a unas personas en concreto su efectos se dejan notar a nivel macroeconómico ya que favorecen al desarrollo general al ser un elemento dinamizador de la economía. Además esta medida tiene un alto valor moral ya que se yergue sobre la confianza, es decir se conceden a personas que no tiene aval ni unas condiciones favorables para pensar en su devolución, sin embargo este sistema confía en los pobres y en su capacidad de ingenio para la inversión y administración. Y esto no es un asunto baladí ya que las entidades bancarias tradicionales se basan en la desconfianza, por ello piden como requisito indispensable un aval al futuro deudor. Esto nos da cuenta del carácter innovador del Grammer Bank.

La idea de los microcréditos niega la utilidad de la concesión de limosnas. Mediante los microcréditos se pretende dinamizar y hacer de apoyo para que los pobres sean ellos mismos el agente que se proporciona un sustento sin tener que recurrir a la beneficencia. Pero esto no nos debe llevar a olvidar que el microcrédito no es una panacea, se ha de tener en cuenta que si se quiere eliminar la pobreza se ha de tomar una actuación multidimensional. Por lo que se han de crear también infraestructuras y servicios sin que estos sean una mera limosna, sino un apoyo fundamental y básico.

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